El pintado en polvo de piezas metálicas, es un proceso que requiere de una fuerte inversión en tecnología

Lo habitual es que las piezas vayan suspendidas con ganchos o bastidores en la instalación y sean transportadas a través de las diferentes etapas del proceso

Una vez realizados los tratamientos previos a la pieza y una vez secada, la pieza llega a la cabina de pintura. El pintado en polvo se realiza mediante un equipo que carga eléctricamente las partículas de polvo, que luego se adhieren a la pieza como si esta fuese un imán

Después la pieza permanece en el horno de polimerizado el tiempo necesario para que la pintura polimerice y recubra la pieza

La gama de colores y acabados tiende al infinito, tratando de adaptarnos a las necesidades del cliente. Ejemplos:

• Lisos
• Gofrados
• Texturizados
• Metalizados
• Antigraffitis
• Bicapas

Pudiendo ser algunos de los anteriores tanto en brillos, satinados como en mates

Siendo las posibles resinas que configuran el polvo:

• Epoxi
• Epoxi poliester
• Poliester
• Poliuretano
• Imprimación

Siguiendo la norma UNE-EN-ISO 12944 (que define la resistencia a la corrosión) podemos conseguir hasta un nivel C4H, siendo los más habituales:

• C3H: 480 horas de cámara de niebla salina
• C4H: 720 horas de cámara de niebla salina